Esta pequeña historia habla sobre la vida de dos liliputienses (humanos) y dos ratones que viven en un laberinto.
Tienen una vida sencilla todos los días salen en busca de queso por los pasillos del laberinto para poder alimentarse cada día.
Un buen día los liliputienses encuentran un gran depósito de queso. Alegres por el hallazgo establecen allí su hogar, ya no tenían que salir cada día a buscar queso. Al tiempo llegan los ratones y comparten unos días convivencia con ellos allí.
Los ratones se dan cuenta que ese depósito no es una fuente inacabable de queso asique al tiempo cada mañana salen a buscar nuevos depósitos de queso.
Los liliputienses acomodados esperán allí hasta que el queso se acaba, y uno de ellos se niega a moverse de allí pensando que algún día aparecerá de nuevo el queso. El otro por el contrario resignado por no haber pensado en esa posibilidad se pone en marcha día tras día para encontrar un nuevo depósito de queso. Finalmente lo encuentra y vuelve al depósito antiguo para avisar a su compañero.
Moraleja o reflexión.
Esta historia a mi me inspira la vida real tal y como es.
Actualmente vivimos en un mundo muy competitivo donde las personas que se acomodan en una situación tienen pocas posibilidades de triunfar o avanzar en sus propósitos personales.
Esta fábula me inspira a realizar trabajo diario y nunca conformarme con lo que ya has conseguido, ser ambiciosos y siempre querer aprender un poco más, llegar a la meta que me propongo y volver a fijar un nuevo objetivo más ambicisoso.
Al fin y al cabo es lo que esta asignatura ha intentado inculcarnos el trabajo personal y autónomo, sino intentas avanzar por ti mismo nadie te va a llevar el queso a tu casa.
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